Entrevista con Rafael Ros, director de la Editorial Corimbo

En octubre de 1998 se presentaban los primeros libros de Editorial Corimbo. Desde entonces, el proyecto de ofrecer a nuestros niños y niñas (y, por qué no, también a los papás) buenos libros ha ido consolidándose y Corimbo cuenta ya con un catálogo de más de ciento cincuenta títulos.

En Corimbo hacen lo posible para que sus libros tengan siempre un exigente nivel de calidad tanto en la ilustración como en los textos. Un libro acertado es mágico. Va a hacer entrar al niño en un mundo, el de los libros, que ya no va a querer abandonar nunca más. Y un libro acertado no ha de ser ni el más espectacular, ni el más grande, ni el más caro, sino el que precise en ese momento el niño o la niña. En muchos casos, un pequeño cuento sin pretensiones aparentes produce el milagro. Un niño releerá cien veces el mismo álbum a edades diferentes y por razones diferentes: Primero, para tocarlo; luego, por la música de las palabras y de sus imágenes impactantes. A continuación, por la historia y por los pequeños detalles de la ilustración. Otra vez para reconocer los colores. Y otra vez para contar los patitos... Cien veces para recordar los libros de su infancia, una vez mayor.

Desde esta idea entienden en Corimbo el oficio de "libreros infantiles". Llevar a las librerías, a las bibliotecas, a las escuelas, un catálogo lo más abierto posible tanto en concepto, como en precio, tamaño, etcétera.

En octubre de 1998 presentaba los primeros libros de Corimbo, en este momento su catálogo supera los ciento cincuenta títulos y mantiene intacto el nivel de calidad y de compromiso con la buena literatura infantil ¿Cuál es el secreto? ¿Cómo se consigue ser un referente en este sector?

Secreto no hay ninguno, en mi caso visitar mucho las librerías y hablar con los libreros. Ellos tienen mucho que ver en la línea de nuestro catálogo. También estudiar catálogos e ir a ferias.

En su página web hemos podido leer: “Un libro acertado es mágico. Va a hacer entrar al niño en un mundo, el de los libros, que ya no va a querer abandonar nunca más”. Como editor ¿es fácil detectar esa magia?

Desde mi punto de vista, es imposible. Cada niño es diferente y por esto hemos de publicar títulos variados. Cada libro tiene un lector y se han de encontrar. Ahí es donde entran los padres, profesores, amigos, libreros, bibliotecarios y la curiosidad del propio niño.

¿A quién le debe usted su amor a los libros?

Desde luego a mi padre, que era librero en Barcelona e hizo sus pinitos como editor.

¿Cómo fueron sus primeros pasos como lector?

Recuerdo las novelas clásicas de Bruguera, mitad texto y mitad ilustraciones de comic. Enid Blyton, Tintin, etc., y desde luego los tebeos.

¿Cómo definiría el oficio de editor?

Un oficio como otro cualquiera. Hay que tener vocación, algo de olfato y mucha suerte. Poco a poco, se van corrigiendo los errores, el olfato se educa y se acierta más. Sin vocación, creo que es imposible.

Corimbo es una editorial que cuida mucho la ilustración ¿qué pueden encontrar los lectores en su catálogo de álbumes ilustrados?

Ilustraciones y textos  cuidados y espectaculares que, en algún caso, el lector recordará y le invitará a entrar en otro libro.

En su catálogo encontramos una selección extraordinaria de libros de cartón y de texturas, libros para el baño… ¿Es difícil encontrar como editor buenos libros que estimulen a los bebés?

Hay bastante oferta de libros como estos. Normalmente, cae en tus manos un original que te atrapa y tienes que editarlo. Yo creo que han de ser ilustraciones claras, colores planos y, claro!, que el texto sea adecuado a la edad del futuro lector. En ocasiones, alguna de estas premisas no se cumple y el bebé, que es muy listo, no vuelve a mirarlo.

¿Necesita la literatura infantil más espacio en los medios de comunicación tradicionales? ¿Los nuevos canales y espacios públicos que construyen las redes sociales e internet han ayudado al libro infantil?

Sin duda necesita, no más espacio, sino algún espacio. La literatura infantil no existe en los medios generalistas. Está claro que los nuevos canales  han dado cara a tanta buena literatura infantil que se hace hoy día.

¿De qué nos salva la literatura cuando somos niños? ¿y cuándo somos adultos?

No estoy seguro que nos salve de nada. Ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista y entretiene, que no es poco.

Muchas gracias.


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