Cada
semana en boolino entrevistamos a un experto vinculado al sector del libro infantil
con el objetivo de acercaros a este mundo maravilloso. Hoy empezamos con Reina
Duarte.
Reina
Duarte (Bilbao, 1964), Directora de Publicaciones del Grupo EDEBÉ, Presidenta
del Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil, copresidenta de la
Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil, miembro del Consell
Assesor de la Institució de les Lletres Catalanes y vocal de la Junta Directiva
de la Associació d’Editors en Llengua Catalana. Entre los años 2006 y 2010
simultaneó su labor editorial trabajando para el Internacional Board on Books for Young People como Vicepresidenta de este organismo. También ha impartido el
curso de libro infantil y juvenil en el Master de Edición de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
¿A
quién le debe usted el amor por los libros?
Siento
decir que no puedo mencionar a una persona concreta. Sé que queda bonito hablar
de la influencia de alguien: una abuela que te contaba cuentos de pequeña, un
padre que leía con su hija por las noches, una maestra que te recomendó un
primer relato… Nada de eso. Y sin embargo, siempre me han atraído los libros y
me ha encantado leer. Desde pequeña, y aprendí a leer con cuatro años. ¿Innato?
Bueno, yo creo que a todos los seres humanos les encantan las historias, pero a
mí en concreto me atraían las palabras, la manera en que en un libro se
explicaban las cosas. Y por suerte, mi familia me apoyó y tuve un colegio con
biblioteca, que en aquella época no era tan frecuente.
¿Cuáles
fueron sus primeros pasos como lectora? ¿Qué lecturas fueron más decisivas en
su infancia?
Leía de
todo, todo lo que caía en mis manos, así que de nuevo temo que mi respuesta no
sea muy ortodoxa, pues fui una lectora compulsiva y caótica. Lo mismo leía
cuentos (empecé con los cuentos de Andersen y los hermanos Grimm), que tebeos
(Mortadelo y Filemón, etc.), cómics (Astérix y Obélix, Tintín, El Capitán Trueno, El Príncipe Valiente…) o libros de conocimientos (de cocina, de
geografía y viajes, etc.). Y a medida que fui creciendo, me incliné por el
género de novela, y fui pasando por todo lo que llegaba a mis manos, por
regalos o porque lo encontraba en la biblioteca. Pero quizá mi madurez lectora
y el descubrimiento que se me ha quedado más grabado fue la lectura de La Regenta, de Clarín, cuando era una adolescente.
¿El
oficio de editor se aprende o es necesario nacer con ese olfato especial, ese
don que usted posee para detectar el verdadero talento?
Actualmente
existen bastantes cursos de formación para editores, pero mis primeros pasos
como editora, en el pleno sentido de la palabra, fueron autodidactas. Tenía una
buena formación literaria y lingüística, y siempre busqué combinar mi pasión
por las letras y la literatura con el mundo de la empresa, así que trabajar en
el sector editorial fue mi objetivo desde que entré en la universidad. De
hecho, durante mis estudios de Filosofía y Letras ya comencé a colaborar con
editoriales y agencias literarias. Fue posteriormente cuando me fui
especializando con cursos y posgrados. En cuanto al olfato, pues humildemente
sí creo que es un don que algunas personas tienen y otras no.
¿Cree
que editar es una actividad generosa? ¿Qué es lo más complicado en este oficio?
¿Y lo más hermoso?
Es un acto
total de generosidad que a mí me encanta. Un buen editor debe olvidarse de sí
mismo y debe conseguir que su intervención no se note, pero sin embargo es
capital para realzar el talento del escritor y de su obra. Es el director de
una orquesta en la que los artistas (el escritor, el ilustrador, el diseñador…)
han de ser protagonistas.
EDEBÉ edita también libros para adultos. ¿Es el público adulto tan exigente como el
infantil y juvenil?
El público
infantil y juvenil es, con diferencia, mucho más exigente que el adulto, y
normalmente mucho más libre y sincero.
Los
Premios EDEBÉ tienen un prestigio internacional incuestionable ¿qué han
significado en su carrera profesional?
Son un
orgullo, para EDEBÉ y para mí. Auténtico amor de madre por mi parte, claro. He
estado al frente del Premio EDEBÉ de Literatura Infantil y Juvenil desde su
primera edición y en enero 2012 celebraremos veinte años. Es la sensación de
haber contribuido a hacer algo bueno en la vida, colaborando con la misión de
llevar buenas novelas a miles y miles de niños y jóvenes y dando voz a muchos
escritores y escritoras fabulosos.
¿A un
editor siempre le define su catálogo?
Sí. Pero
hay distintos tipos de editores. Yo he tenido la suerte de disponer de libertad
para elegir los mejores libros según mi criterio y el criterio de mi editorial,
y para ello leo todos los manuscritos que publicamos y conozco cada detalle de
las obras de nuestro catálogo. No siempre es así. No digo que sea bueno o malo,
pero hay editores que no se leen las obras que publican, porque las juzgan y
eligen por motivos diversos, por lo que la manera en que ese catálogo los
define varía.
¿Cree
usted que despertar la conciencia crítica y divertir es conciliable cuando
hablamos de literatura infantil y juvenil?
Por
supuesto. No me cabe ninguna duda.
¿Qué
temas comprometen a los niños y los jóvenes?
Los niños y
los jóvenes son curiosos por naturaleza, así que todos los temas pueden
despertar su interés siempre que estén bien narrados o explicados. Vencer el
aburrimiento es probablemente el mayor reto para un escritor de hoy, porque
vivimos en un mundo de inmediatez, hiperacción y falta de tiempo.
En las
historias infantiles y juveniles la metaliteratura tiene un peso importante; ¿a
qué cree que es debido? ¿Es importante que los libros estén presentes en las
aventuras, formen parte de ellas?
No
necesariamente. Es cierto que se dice que la afición por la lectura se adquiere
por contagio, pero tampoco hay que machacar o los niños y los jóvenes verán la
lectura como una obligación establecida por los adultos.
¿Qué
es para usted la fantasía?
La
capacidad de creer en la magia.
¿Qué destacaría
de todo el trabajo que realiza en clijCAT? ¿Tiene el libro infantil y juvenil
el apoyo necesario de las instituciones públicas?
El Consell
Català del Llibre Infantil i Juvenil es una plataforma de trabajo que reúne a
todos los implicados en la creación y la promoción del libro infantil y
juvenil: editores, escritores, ilustradores, libreros, bibliotecarios y
Administración pública, tanto desde el ámbito de Cultura como de Educación. La
fuerza de esa unión es básica y quizá lo más destacado del Clijcat. Y por
supuesto la responsabilidad de esta misión requiere del apoyo de las
instituciones públicas.
¿La
literatura infantil y juvenil necesita más espacio en los medios de
comunicación? ¿Cómo trata la crítica especializada a la literatura
infantil y juvenil?
La revista
FARISTOL que publica el Clijcat es uno de las pocas publicaciones que se toma
en serio la crítica de la LIJ y se preocupa de la formación de los críticos,
pero evidentemente todavía hace falta mucha más atención de los medios de
comunicación generalistas, que todavía no se han dado cuenta de la importancia
de la LIJ para cambiar el mundo.
¿De
qué nos salva la literatura cuando somos niños?, ¿y cuándo somos adultos?
La
literatura nos ofrece conocimientos, desarrolla la creatividad y la
afectividad, así que nos hace, en definitiva, mejores personas, para afrontar
con criterio propio la vida, en la infancia, en la juventud y en la madurez.
Muchas gracias.
Mañana en boolino: nuestras recomendaciones de los mejores libros para niños y niñas de todas las edades y para padres.
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